-DESPUÉS DE 13 AÑOS, DESPIERTA DEL COMA.
Cuando Martin Pistorius, de 12 años, comenzó a sentirse enfermo, los médicos no podían entender exactamente qué le pasaba y, día a día, perdía la conexión con el mundo, perdía la capacidad de hablar o moverse. Terminó en un coma.
Todos pensaron que mejoraría con tratamiento y medicamentos, creían que tomaría algo de tiempo, pero la realidad era exactamente lo contrario de lo que esperaban.
Después de 13 años, Pistorius se despertó milagrosamente; pero lo que tuvo que decir sobre el tiempo que pasó en coma fue el verdadero impacto de toda la historia, y dejó a todos, desde los médicos hasta su familia, llorando.
Le describió a su familia que se sentía atrapado en otra dimensión. Podía escuchar la voz de todas y cada una de las personas y también podía sentir su dolor. ¡Finalmente, se alegró de que todo hubiera terminado! Una historia fascinante.
Martin Pistorius era un niño como cualquier otro. Nació en Sudáfrica en 1975 y creció en un hogar perfectamente feliz y saludable.
Sus padres fueron geniales. Amaban a su hijo incondicionalmente. La vida para él era como la de cualquier otro niño hasta que, de repente, la vida de Pistorius dio un giro dramático y aterrador, uno que lo vería en los titulares de todo el mundo.
Cuando tenía 12 años, de repente comenzó a sentirse mal. No parecía nada demasiado serio, pero su mundo estaba a punto de cambiar para siempre, como ya te puedes imaginar
Comenzó a tener dolor de garganta. Después de eso, comenzó a experimentar síntomas extraños. de repente perdió la voz. Pero esto fue solo el comienzo, lo peor estaba por venir para este niño. Poco tiempo después, se sentía cansado todo el tiempo, lo que hizo que durmiera la mayor parte del tiempo.
En 18 meses, quedó completamente mudo, en silla de ruedas y hospitalizado.
Continuaban buscando la causa de esta enfermedad, pero los médicos simplemente no podían explicarla. Era algo que de lo que nunca habían visto ni oído hablar. Los médicos probaron todos y cada uno de los tipos de antibióticos y tratamientos, pero ninguno pareció funcionar
No podía moverse ni hablar, pero estaba vivo. Era como si aún no estuviera listo para morir, seguía luchando por su vida. No podemos ni imaginar qué es lo que debía suceder en su cabeza.
Sus padres establecieron una rutina para vestirlo, alimentarlo y bañarlo. Pusieron alarmas cada dos horas para despertarlo y le dieron la vuelta en la cama para que no le salieran úlceras por decúbito. Era una rutina agitada, pero los padres estaban decididos a devolverlo a la vida. Continuaron con esta rutina durante 12 años
Pistorius, después de varios años en este estado vegetativo, se despertó. Poco a poco, comenzó a tomar conciencia de lo que le rodeaba, pero pronto se llenó de horror al darse cuenta de que nadie más podía darse cuenta de que ya estaba despierto.
Fue una experiencia terrible para el niño, estaba sacudido por el miedo. Se sentía como un experimento científico o algo así como un extraterrestre. Pero, de nuevo, no había nada que pudiera hacer. Incluso después de todos sus esfuerzos, ni siquiera podía mover un dedo o murmurar una sola palabra.
Oró para salir del coma y volver a hablar con sus padres. Para abrazarlos y decirles que los amaba. ¿Qué sucedería a continuación en su vida?
Aunque la mente de Pistorius ahora estaba despierta y funcionando completamente de nuevo, su cuerpo todavía estaba esencialmente en coma.
Su suerte cambió cuando, en 2001, llegó una nueva trabajadora al centro asistencial y, observó a Pistorius con increíble atención y notó algunos pequeños signos que todos los demás habían pasado por alto, signos que indicaban que él podría ser más consciente de lo que todos habían pensado anteriormente. Comprobó estos signos, una y otra vez, para asegurarse de que no era su imaginación. Finalmente, se dio cuenta de que estos signos eran reales. Este fue el comienzo de una nueva esperanza para Pistorius.
La enfermera lo envió al Centro de Comunicación Alternativa y Aumentativa para una evaluación completa. Este resultó ser el punto de inflexión en su vida. Todo gracias a las observaciones de la nueva enfermera
Efectivamente, se dieron cuenta de que estaba completamente despierto y lo instalaron con tecnología y equipos especiales que lo ayudarían a comunicarse, por primera vez en 13 años.
A medida que Pistorius se familiarizó con la tecnología, comenzó a aprender a decir frases clave como “Me siento incómodo” o “Me gustaría beber algo”.
Por fin, pudo comunicarse con su madre. Esto le hizo sentir, de nuevo, como un ser humano y le recordó que ahora era capaz de tomar sus propias decisiones. Estaba feliz de nuevo. Se sintió libre y asombrado después de tanto tiempo
Pistorius se percató de lo poderoso que era realmente este equipo. Estaba feliz y finalmente sintió que volvería a su antigua vida. La vida en la que podía correr, caminar y respirar libremente. La vida en la que podía comunicarse fácilmente con todos. Le permitió leer, escribir, socializar con otros y, quizás lo más importante, empezar a tomar decisiones por sí mismo una vez más.
Después de 13 años, Pistorius tuvo que volver a aprender todas estas habilidades de una manera totalmente nueva, y ciertamente estuvo a la altura del desafío. Se obligó a ser mejor que el día anterior.
Ahora estaba más motivado que nunca, sabía que estaba mejorando. Estaba muy feliz y se sintió humano de nuevo. En poco tiempo, había aprendido a empujarse en su silla de ruedas, e incluso a conducir un automóvil especialmente diseñado para sus necesidades.
Se embarcó en una exitosa carrera como diseñador web. Estaba muy feliz y satisfecho con su trabajo. Sin embargo, todavía había una cosa que atormentaba enormemente la mente de Pistorius. Ahora era el momento de encontrar al amor de su vida.
Y el día de Año Nuevo de 2008, se encontró con una mujer llamada Joanna, una de las amigas de su hermana, y se llevaron bien al instante. Se casaron en el Reino Unido, donde todavía viven hasta el día de hoy. Tienen una gran historia de amor. Todavía se aman incondicionalmente
Martin Pistorius pasó tantos años atrapado en su propio cuerpo, sin nadie con quien hablar o compartir sus pensamientos, hubo un tiempo en el que se sentía como un fantasma. Pero finalmente, su tiempo miserable terminó. Y ahora, no solo podía comunicarse con el mundo, sino que encontró a su alma gemela y se casó con ella.
En el 2011, él y su esposa dieron la bienvenida a su primer hijo, al que bautizaron con el nombre de Sebastián Albert Pistorius.
Impresionante el desarrollo de su vida. Los milagros existen.